Dibujar drogrado tiene su encanto. Es como que todo fluye de manera particular, el trazo es más liviano, se siente más liviano, la mente va directo al subconsciente sin esfuerzo, no se piensa tanto lo que se está haciendo, sale más de las entrañas, más de lo profundo de nuestro ser, se es más sincero. En fin, se es más libre.
Esta historieta la hice ayer domingo, en unas 3 o 4 horas (ya no me acuerdo) y pensaba enviarla sólo a ¡Evohé!, pero finalmente decidí publicarla acá también. Tal vez porque esto es más propio, qué sé yo.
O revuá.
Gracias por escucharnos :)
ResponderEliminarSi, el segmento de literatura sigue (la chica que los leía falto esos dos programas, pero vuelve)
Así que esperamos que nos mandes algo a laliescritora@hotmail.com
EXCELENTE, ADRIÁN
ResponderEliminarBasta Fuerte: sí, sí, muchachos, ya envié algo y Laura ya me contestó. Se agradece. El sábado firme como rulo de estatua.
ResponderEliminarPlaceres: ¿le parece, camarada? Igual que diga eso usted, que está entre los 3 que más me gustan de la historieta argentina, es una emoción caleidoscópica.