Hace una semana, más precisamente el 16, después de la marcha en conmemoración de la Noche de los Lápices, hablando de todo un poco, una compañera me preguntó si alguna vez había hecho una historieta donde hubiera un conejo. Buceé en mi memoria y sólo me acordaba del Liniers pedorro ese que hice para la historieta esa que está ahí arriba, en la solapa “El Autor”, así que, aún siendo que el conejo es mi animal favorito, tuve que responder que no. Pues, bien, mentí. Bah, en realidad no mentí, sino que no me acordaba de que había hecho esta tira. Y no me acordaba porque la hice medio porque sí y la dejé sin terminar. La dibujé en un momento en que no se me ocurría nada para la serie "Monkey Island", un conjunto de tiras de dudosa calidad que estaba preparando para la Revista 2010; de las cuales, para suerte de sus lectores y del nivel de la revista, sólo fue publicada una (acá hay una de las que no fueron de la partida). Ayer, como estoy por mudarme, anduve revisando qué cosas hay para tirar y qué no; ahí encontré la tira, sólo en lápiz y sin el último cuadrito de abajo. Frágil de memoria, no me acordaba el remate, pero, hete aquí, que el mismo estaba escrito en un papel suelto y el círculo de la vida se cerró.
La fin.
La fin.

PD1: ¿se nota el choreo a Capusotto? Nah, ¿no?
PD2: en la próxima entrada va a haber otra de conejos, porque esta, en rigor verdadero, no vale: con la compañera quedamos en que el conejo tenía que llamarse Vicente, y este directamente no se llama.
PD2: en la próxima entrada va a haber otra de conejos, porque esta, en rigor verdadero, no vale: con la compañera quedamos en que el conejo tenía que llamarse Vicente, y este directamente no se llama.
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